A day in the sea, far away from home a little island is in the horizon.

Land to discover. Place with a small number of habitants but who is waiting for new visitors every day.

Breathe the clean air in the beach, see the blue sky over you head, walk slowly to the lighthouse, and there, take a book in the library and enjoy the moment of calm near the sea.

A beautiful sunset when the day is over is the best gift for the traveler, Alba Island is now in you for ever.

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A procura dun lugar refuxio onde soñar, desconectar… albiscamos unha illa branca e refulxente como a aurora. É a nosa Illa Alba, hai outras illas, algunha do mesmo nome, todas elas custodian segredos e artellan historias.

Lugar encantado que agarda despois de longa travesía. Percorremos ducias de millas imaxinarias antes de chegar, as rachas de forte vento fixéronnos varar na praia. As ondas seguían chegando a area, moldeando os nosos corpos para fundilos e convertelos nun elemento máis.

Bancos de néboa cubrían a superficie. O faro presidía dende o cumio a escea proxectando a súa brilante luz. A súa presenza espertou en nós a curiosidade e a necesidade de calor. Camiñamos cara a construción milenaria que guiaba os nosos pasos para ofrecernos o que imos compartir.

Aquí facemos mención de algúns dos libros que alí foron deixando os seus habitantes, de variada procedencia. Tamén o escrito polas persoas que moraron ou pasaron pola illa para logo seguir outro rumbo. Se chega algunha botella ou pomba con mensaxe nós arquivámolo na biblioteca da Illa dos Sentimentos, Alba.

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La Tormenta


Es preciso decir que la mañana llegó sin previo aviso, igual que se había marchado la noche, con la misma cautela y similar silencio. Nadie pudo reacciona con suficiente premura ante lo contundente del desastre. En un momento todo se vio reducido a escombros. Los habitantes del pueblo contemplaron con estupor como se desmoronaba aquello por lo que habían luchado durante los últimos  cincuenta años, y que ahora yacía convertido en un montón de cascotes.

La muchedumbre permaneció inmóvil durante varias horas, como esperando despertarse de una pesadilla, mas no fue así, y tuvo que ser  la lluvia la que los sacó de su ensimismamiento, lenta y fría en un principio pero que fue ganando en vigor rápidamente, como si tratase de tender un  denso manto que ocultase lo sucedido.

No hubo lamentos, faltaron las palabras, los humedecidos cuerpos comenzaron a moverse con desgana, trataban de recuperar lo que fuese posible, que por desgracia no era mucho.

En la lejanía sonó amenazante un trueno, habría tormenta, el viento también quería coprotagonizar a la escena, aunque indeciso de que dirección tomar, y formaba remolinos que arrastraban a las columnas de agua ora en una dirección ora en la contraria.

Comenzaron los problemas. Algunos no distinguen entre las pertenencias propias y las ajenas, los  que se consideraban propietarios al verse robados increpan a sus asaltantes. Salen a relucir objetos punzantes de uno y otro lado, se acopian piedras y grandes palos son esgrimidos de forma amenazante. La tensión se palpa en el aire, cualquier movimiento puede ahora interpretarse como hostil y suponer el comienzo de la lucha. El tiempo discurre rápidamente pero no sucede nada. Ni unos ni otros abandonan sus posiciones, el viento cesa, la lluvia poco a poco remite, como intentando poner calma, todos se miran, de una mejilla resbala una lágrima que corre rauda hacia el vacío, en un momento se le unen cientos de ellas, todo ha terminado, la tormenta ha pasado y el sol luce de nuevo.

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